miércoles, 10 de diciembre de 2008

Tiempo

Tantas tardes camine perdida, tratando de encontrarte, imaginando tus ojos y mis ojos. Y tus manos sujetándome, apretándome casi diciéndome: “nunca mas”.
Tantas noches encerrada, a escondidas, pensando en mis mentiras, en mis gritos vacíos, en mis enojos preferidos.
Y el humo del cigarrillo que te dibujaba en la sombra, y las burbujas que te recordaban pero no te iban a traer de vuelta conmigo.
Y llegaron los días de invierno, y el frío se me metía en las sabanas, y los huecos no se llenaban de nada, y hacia más frío en la casa, y el calor era tu recuerdo, y el calor era una fantasía. Y mis sueños morían al despertar; cada mañana me quitaba una sonrisa del cajón y mientras paseaba por la casa, todos andaban como siempre y ahí estaba yo, estaba sin estar; ahí reía yo, reía sin mi risa; ahí hablaba yo, hablando sin querer hacerlo.
No sabía que te había soltado, no sabia que te había abandonado. No me di cuenta que ya no estaba estando a tu lado, no me di cuenta que te estaba borrando.
No era a vos que te estaba extrañando, no eras vos el que mis ojos buscaban, no era tu cuerpo, no eran tus palabras, no era tu andar. Era mi ser estando contigo, era mi vida perdida en el tiempo, era lo que deje por buscarte en las noches, era lo que olvide sin darme cuenta que iba olvidando.
Y tantas tardes después, tantas noches después, alguien me busca y no me encuentra, alguien me deja porque me tiene, alguien me siente porque me conoció.
Y yo sigo encerrada, escondida, pensando que alguien busca a esta y que esta busca a aquella, y a aquella alguien la perdió, y la perdió porque ella se olvido.
Y volvieron los días de invierno, y el frío se me mete de nuevo debajo de las sabanas, y ahora extraña otro cuerpo, y sigue pasando la vida, y mientras sigo escondida.
Y la vida me pasa de largo, y sueño que te busco, te busco para encontrarme, y cuando me encuentre, este otro amor me va a venir a buscar y quizás me reconozca, o quizás no.
La razón ya no razona en los momentos de crisis, la razón no me acompaña cuando pienso en saltar al vacío, la razón no entiende de olvidos, la razón me engaña en el llanto perdido.
Y siempre es cuestión de tiempo, un tiempo que marca distintas horas para vos, para él, para mi, para nosotros. El mismo tiempo que se metía con el frío en mis huesos, el mismo tiempo que se dormía junto a mis sueños.
“Solo el que espera podrá encontrar lo inesperado”. Será cuestión de esperar.

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